En muchas ocasiones, cuando vemos un paisaje, instintivamente, procuramos eliminar todo rastro de personas en la escena.
Yo era uno de esos fotógrafos que me molestaba que hubiera gente en el encuadre. Menudo sacrilegio eso de que en el paisaje se colara alguien.
Es más, el tiempo que he perdido esperando a que alguien se quitara de mi encuadre.
