Caminante no hay camino, el camino se hace al andar

Hola.

Tras varios años realizando fotos uno se da cuenta cuenta, revisando su archivo, que las cosas cambian.

Para mejor o para peor. Siempre hay una evolución dentro de tu trabajo. Seas profesional o amateur, siempre hay un cambio, siempre hay una tendencia.

Cuando empecé a hacer fotografías, me apasionaba el macro y los animales.
Seguramente, debido a la inversión que reclaman estas disciplinas, tanto en tiempo como en material, mi trayectoria fue cogiendo otros rumbos.

La fotografía nocturna es una faceta muy apasionante y creativa, sin lugar a dudas.
Cuando se está delante de un elemento a fotografiar, de noche, en plena oscuridad o bien dentro de una construcción abandonada, surgen muchas dificultades, pero nada comparado con el sacrificio que hay que hacer por estar allí.

Caminante no hay camino, by fusky

Hacer fotografía nocturna, implica no sólo planificación, técnica y muchas horas de preparación para realizar una escena, o una iluminación de un castillo o pueblo abandonado, por ejemplo.

Implica, que te resta horas de tu ciclo natural de descanso, y por consiguiente de la calidad de la dedicación a tu familia.
Cuando realizo una sesión en invierno, es mucho mejor que en verano.
Por muchos motivos, pero sobre todo porque puedo hacer una sesión mucho antes, y terminar, por consiguiente, mucho antes también, y así poder descansar para aguantar el ritmo que me imponen mis tres tesoros.

Tener a una persona en casa que te comprenda, te apoye, y que sea la primera crítica con tu trabajo, no tiene precio.

Pero que una de tus hijas haga un dibujo de la familia, y le preguntes: «¿Por qué no me has dibujado con la cámara?» Y te responda «Porque es de día, papá»…
Me hace meditar…

Que tu hija te diga que cuando sea un poco más mayor quiere salir a hacer fotos conmigo por la noche… (seguro que acabaré recogiéndolas de la discoteca yo…)
Me hace meditar…

Salir de vacaciones, y que tanto ex-alumnos como gente que sólo conoces por Internet, quieran salir contigo a hacer fotos…
Me hace meditar…

… Y tras meditar… He llegado a una conclusión…

Me encanta la fotografía, me encanta que la gente opine de mi trabajo, me encanta que mi trabajo transmita un sentimiento; un mensaje, me encanta compartir lo que sé, me encanta haber conocido a gente tan maja (y la que me queda por conocer), me encanta tener cerquita la luz del Farero (ésa sí que es la verdadera luz),  me encanta que hayas leído esto…

Pero sobre todo… Me encanta poder dar las gracias mis sufridoras… Por apoyarme, por comprenderme, por ayudarme, por ponerme freno..

… y por no acabaros el ¡keptchup! jajajaja

Gracias…